Todos los días, miles de ángeles abren sus alas para subir al cielo. A todas horas, esa autopista con peaje gratis tiene las caravanas más colapsadas que he visto jamás. En este momento, cientos de estrellas acogen a los nuevos inquilinos, donde una nube le será asignada para arropar cada noche sus sueños...
Son los ángeles que se escapan de nuestro lado, los que vuelan muy lejos, porque desde lo más alto, han sido llamados. Van al cielo de los buenos, a un mundo en el que no hay malos momentos, se elimina el mal, el odio, las guerras, se borra todos lo que en este lado nos hizo daño un día, y lo cambian gratis por besos, amor, sueños y deseos que se cumplen...
Sí, es el cielo de los buenos. En donde están todos los que ahora están partiendo, donde suben esos ángeles mientras nosotros no encontramos consuelo para nuestras lágrimas, mientras nosotros perdemos a los que queremos, mientras nos arrancan a esos seres tan amados, sin que nadie nos haya preguntado nada...
Dejamos de verlos, de escucharlos, de sentirlos, dejamos de vivir sus vidas, de compartir...y sin embargo ellos, van a comenzar una vida nueva, más cerca de ti de lo que han estado jamás en la tierra...
Cuando llegan al cielo, y se les asigna su estrella, y su nube para el descanso nocturno, se les deja escoger una ventanita por la que poder ver a sus seres queridos. Con el paso del tiempo, el jefe celestial, suele mandar obreros para ampliar esa ventanita, según las familias se van juntando allí arriba...
Si se callase el ruido, y si te parases en silencio a escuchar... estoy convencido de que notarías la brisa del viento rozando tu cara, te sentirías observado por todos ellos, y el sol bañaría tu piel para darte el calor que te falta desde que no están. Si te paras, si escuchas, si observas...verás que el descanso está en el cielo de los buenos, y que por cada lágrima que se te escape, una gota de lluvia vendrá a tu encuentro....
No llores por los que no están, porque mientras los tengas presentes, y puedas sentirlos, siempre estarán vivos y a tu lado. Mantén esa llama encendida, esa esperanza, y cuando te sientas triste, mira al cielo, busca tu ventana, y sonríe....
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