En que no tengo horas que basten para saciarte.

Minutos, segundos… Un reloj no es capaz de contar.

No tengo vista suficiente que alcance.

Me faltan brazos, piernas, y aliento para poder respirarte.

No encuentro los besos,

ni palabras ni verbos….

No son capaces de hacerte justicia, si cabe.

Y es que no tengo más hueco posible en mi pecho.

Mi alma se queda pequeña y se agota mi sangre,

Vivo, muero, renazco, amo. Y es tanto...

Que me congelo y derrito por el sabor de tus labios.

Que si me dejas, dormiría cien años entre tus brazos.

Que lloro si pienso que todo ésto cumple a sus años…

Por que ya mi locura se ha convertido en fiel compañera

y hasta mi razón es incapaz de entender más allá de tus manos.